HISTORIA
Manuel Belgrano en Montserrat
Por Liliana Massocco
Su Casa
Casa de la
familia Belgrano, 2020. Casa de la familia Belgrano y del aljibe
Muchos lugares recuerdan a Manuel Belgrano en nuestro histórico barrio
de Montserrat. El sitio en el que estuvo su casa, su colegio, el mausoleo en el
que descansan sus restos y muchos otros. A continuación, una recorrida para ir
descubriendo sus pasos.
. Los límites norte y sur de nuestro barrio son las avenidas Rivadavia e
Independencia, respectivamente, y su columna vertebral -ubicada entre esas dos
avenidas- es otra que recuerda a nuestro prócer: Avenida Belgrano. Anteriormente se llamó: Santo
Domingo (desde 1738), Pirán (1808),
Belgrano (1821)
al este y Monserrat al oeste (1845), y tiene definitivamente el nombre actual
desde 1857. En 1904 la Municipalidad de Buenos Aires decidió
proyectar el ensanche de la estrecha calle original, lo cual se concretó recién
a fines de la década de 1930.
. En la intersección con Diagonal Sur (Avenida Julio A. Roca) y la calle
Piedras, la Avenida Belgrano alberga las bocas de entrada a la estación Belgrano del subte, de la línea E.
. En Avenida Belgrano 430 -entre Defensa y Bolívar-, se encuentra
el Edificio Calmer -de 1940, construido por el
arquitecto Leopoldo Schuarz, en estilo racionalista-, exactamente en el solar
en el que estuvo la casa en la que vivían los padres y hermanos del general
Belgrano, y en la que nació Manuel, el 3 de junio de 1770. Al final de su vida
Belgrano regresó del norte, muy enfermo, a esta misma casa, donde murió a los
pocos días, el 20 de junio de 1820. Tenía 50 años. La vivienda original -un
importante caserón de estilo colonial, para una familia muy numerosa- fue
demolida en 1872, y su puerta se conserva en el Museo Histórico Nacional. Como
testimonio solo quedaron, en el frente del Edificio Calmer, unas pequeñas
placas de bronce, que recuerdan que ese fue el lugar de residencia del creador
de la bandera nacional.[1]
Según investigaciones de la Junta de Estudios Históricos Aduaneros
“Domingo F. Belgrano (A.E.A.N.A., Venezuela 445-9), la sede de esa institución
está en los terrenos que ocupó la parte trasera de la casa de la familia
Belgrano. Los fondos donde cultivaban castaños, con su quinta y su aljibe,
daban a la calle que desde 1774 se llamó Rosario, y a partir de 1822,
Venezuela. Ese aljibe se conserva actualmente en el patio del Cabildo.
. Manuel Belgrano fue uno de los héroes de la Defensa de la ciudad,
invadida por los ingleses en 1807, por eso la calle de ese nombre también lo
recuerda. Se conocía previamente como “Calle Real”, ya que era el camino
obligado para dirigirse al puerto que funcionaba en La Boca del Riachuelo. Era
la calle más transitada y, en las cercanías del convento de Santo Domingo, que
daba nombre a la zona, estaba habitada por las familias más ricas de la ciudad.
La casa de la actual calle Defensa 372, donde hasta no hace mucho estuvo el
Museo Nacional del Grabado, en la época de Belgrano fue una barraca, que se
utilizaba para el almacenamiento de productos de exportación: sebo, asta,
cuero, etc. (Al lado está la casa que perteneció a Bernardino Rivadavia).
. Otras calles del barrio recuerdan batallas en las que intervino
Belgrano:
- Salta (1813):
después de perder la batalla de Tucumán, las tropas realistas, al mando de
Pío Tristán, fueron vencidas nuevamente por el Ejército del Norte, a cargo
de Manuel Belgrano, en la ciudad de Salta.
- Piedras (1812):
librada a orillas del Río Las Piedras, en Salta. Fue la primera victoria
del Ejército del Norte, una de las más importantes, porque da ánimo a las
tropas, que venían de un fracaso en la Expedición a Paraguay. Se llevó a
cabo cuando las tropas y la población civil, bajo las órdenes de Manuel
Belgrano, abandonaban San Salvador de Jujuy, en el “Éxodo jujeño”. También una estación de subte lleva el nombre Piedras.
- Tacuarí (1811):
los mismos bandos. Fin de la campaña en el Paraguay y retirada de
Belgrano.
- También Azopardo estuvo vinculado con Belgrano, ya
que, a fines de 1810, la Junta de Gobierno entregó al
teniente coronel Azopardo el mando de la primera Armada Nacional, para
servir de refuerzo a nuestro prócer en su campaña al Paraguay. La escuadra
española era muy superior, con lo cual el ejército argentino debió
capitular.
- Independencia:
Manuel Belgrano fue uno de los héroes de nuestra patria independiente de
España.
. Convento de Santo Domingo (Avenida Belgrano y
Defensa)
Testigo de las Invasiones Inglesas -con las marcas de los cañones en una
de sus torres- alberga los restos de Manuel Belgrano, quien, en 1807, al
producirse la segunda invasión británica, estuvo presente en el histórico
convento, ante la rendición del General Crawford.
En el interior de la iglesia se conservan las banderas que tomó Santiago
de Liniers por la rendición del ejército inglés y, además, otras que obtuvo
Belgrano en sus triunfos ante los españoles durante las guerras
independentistas.
Belgrano tuvo un triste y solitario final. Murió pobre, a pesar de
que su familia había sido una de las más ricas del Río de La Plata, y
prácticamente olvidado por sus compatriotas. Su fallecimiento pasó casi inadvertido
y los periódicos, demasiado ocupados en los problemas políticos que acuciaban a
la ciudad -ese día tuvo tres gobernadores- omitieron la noticia de su muerte.
Recién cinco días después, fue anunciada por “El Despertador Teofilantrópico”,
de los franciscanos.
Los primeros funerales por el alma del héroe tuvieron lugar en el templo
de Santo Domingo. En vista de que la promesa del Cabildo de mandar celebrar
exequias se dilataba, su hermano y albacea, el canónigo Domingo Estanislao
Belgrano, solicitó funerales en Santo Domingo, que se celebraron los días 27 y
28 de julio. A ellos alude el padre Castañeda cuando habla del “triste funeral,
pobre y sombrío, /que se hizo en una iglesia junto al río /en esta Capital al
ciudadano /Brigadier General Manuel Belgrano”.[2]
A ellos asistieron únicamente sus hermanos, sobrinos y algunos otros amigos.
La humilde lápida que ocultaba sus restos, hecha con un trozo de
mármol de una antigua cómoda familiar decía simplemente: “Aquí yace el general
Manuel Belgrano”.
Relata un fraile dominico: “Belgrano, que hizo su escuela primaria aquí,
pidió expresamente ser enterrado en la entrada de la iglesia, con el argumento
de que estando adelante iba a ser visto por más personas y más personas iban a
rezar por él.”[3]
Fue inhumado, tal como lo solicitó en su testamento,[4] con
el hábito blanco de Santo Domingo, ya que tanto él como su familia eran
miembros de la tercera orden de los dominicos.[5] Ochenta
y tres años después de su muerte, el 20 de junio de 1903, el pueblo argentino,
por suscripción popular, erigió en su honor un hermoso mausoleo en el mismo
atrio,[6] al
que se trasladaron sus restos. Desde ese momento, las celebraciones en su
homenaje se han sucedido ininterrumpidamente. El mausoleo, de unos 9 metros de
altura, fue realizado en 1897 por el escultor italiano Ettore Ximenez y está
cargado de simbología, que alude al pensamiento y la acción, al valor, la
honestidad y el honor, como valores encarnados en Manuel Belgrano.
. En 1944 se funda el Instituto Belgraniano,
que comenzó funcionando en Santo Domingo y actualmente es nacional, depende del
Ministerio de Cultura, y se mudó al Regimiento de Patricios, en Palermo. Su
finalidad es difundir la vida y la obra de Manuel Belgrano. Cuenta con filiales
en casi todo el país.[7]
. Otro lugar muy importante que recuerda a Manuel Belgrano es el Cabildo (Bolívar 65), donde se sucedieron los
hechos de mayo de 1810 y se inició la gesta de la Independencia, de la fue un
fervoroso protagonista. En el Cabildo, Belgrano desarrolló gran parte de su
actividad política en defensa de los intereses patrióticos, y participó como
vocal de la Primera Junta de Gobierno.
. Belgrano estudió en el Real Colegio de San
Carlos -actual Colegio Nacional de Buenos Aires-, en la Manzana de
las Luces. Cuando en 1806 se creó el Regimiento de Patricios, el cuartel
provisorio se estableció en el Colegio. En 1811 Belgrano fue nombrado
comandante del Regimiento y fue bajo su mando cuando se produjo el llamado
“Motín de la trenzas”: una sublevación de los soldados, que se negaban a acatar
algunas órdenes, entre las cuales estaba el corte de las coletas o trenzas,
signo de distinción de sus miembros.
. En Alsina 453/463 está una de las casas más
antiguas de la ciudad (luego de la del virrey Liniers). Perteneció a María Josefa Ezcurra, hermana de Encarnación, esposa de
Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires. Según crónicas de la época,
Josefa fue la madre de Pedro, hijo de Manuel Belgrano, criado por Rosas y su
mujer, y se le dio el apellido de ambos: Pedro Rosas y Belgrano. Josefa vivió
en esa casa hasta su muerte, en 1856. Más tarde sirvió como imprenta y luego
albergó locales comerciales. En 1971 la compró el Gobierno de la Ciudad y a
fines del siglo XX se realizó la recuperación y puesta en valor de la fachada
. En la esquina sudoeste de Perú y Alsina, por donde hoy pasa la
Diagonal Sur, estaba el Teatro de La Ranchería (1783), el primero de Buenos
Aires, destruido en un incendio en 1792. Antes había funcionado allí la Aduana de Buenos Aires, entre 1778 y1781, en cuya
administración trabajó el padre de Belgrano. Luego del incendio del teatro
funcionó en el lugar el Cuartel de Infantería,
también relacionado con Belgrano, quien había sido nombrado Capitán de Milicias
Urbanas de Infantería, cargo que ocupó durante varios años.
. En la Plaza de Mayo, justo frente a la Casa Rosada, está el Monumento a Manuel Belgrano, que, antes de la
desaparición de la Recova que dividía la plaza, estaba más en el centro. Se
trata de una estatua ecuestre en bronce, sobre un gran pedestal de granito; el
prócer, con la bandera en alto, es obra del escultor francés Albert Ernest
Carrier-Belleuse, y el caballo, del escultor argentino Manuel de Santa Coloma.
El monumento fue financiado a través de una colecta pública. La placa puesta en
su honor dice: “Manuel Belgrano (Buenos Aires, 3/06/1770–20/06/1820) fue un
intelectual, abogado, político y militar argentino luchador de la guerra de la
Independencia y creador de la bandera argentina.”
. En la Gazeta del 13 de diciembre de 1810, Mariano Moreno publicó un
pedido de donación de libros para la flamante Biblioteca Pública de Buenos
Aires, actual Biblioteca Nacional Argentina. Uno de los primeros en
responder al pedido fue Manuel Belgrano,[8] por
entonces vocal de la Primera Junta, que es la que dispone su creación, en
septiembre de 1810. En sus comienzos funcionó en el Cabildo; en 1812 se
traslada a una sala del actual edificio de la Manzana de las Luces (esquina de
Moreno y Perú). Desde 1884 se la conoce oficialmente como Biblioteca Nacional. Al año siguiente asume como
director Paul Groussac y durante su gestión se construyó una nueva sede en
México 564.
. Pasaje Belgrano (Bolívar 373): en un terreno que
originalmente perteneció a Martín de Álzaga y luego de la muerte de Felicitas
Guerrero quedó en manos de su familia, se levantó un conjunto de locales
comerciales y viviendas unidas por un pasaje en forma de L, con entradas por
las calles Bolívar y Belgrano. Al transformarse esta última en avenida, el
edificio fue en parte demolido y perdió esa entrada. Hacia fines del siglo XIX
estuvo en uno de sus locales la Casa Lepage, cuyo dueño fue un pionero de la
industria cinematográfica argentina. Luego de pasar por varias manos, en 2004
la Fundación Cassará impulsó su restauración, que llevó 10 años y
actualmente el Pasaje Belgrano se ha convertido en un atractivo complejo que
cuenta con hotel temático, sala de exposiciones, restaurante y museo de sitio
-en el subsuelo, con una pequeña colección de piezas encontradas durante la
remoción-, que se puede “espiar” desde algunos sectores con solado transparente
en la planta baja y en el pasillo.
. Esc. Politécnica Manuel Belgrano (Bolívar
342), ofrece servicios educativos en la modalidad de educación común en 2
niveles: nivel secundario, nivel secundario técnico (inet).
Hasta aquí todos los lugares de Manuel Belgrano en nuestro barrio de
Montserrat. Pero hay mucho más de Belgrano para decir: su cultura, su
formación, sus grandes proyectos para el desarrollo de la nación, siempre con
modestia, honestidad, excelencia y valor.
No pudo ver el estado que soñó pero todos recordaremos su lucha por la
grandeza de su patria.
[1] “… El 11 de julio de
1828 La Gaceta Mercantil publica un aviso con el título ‘Una venta interesante’
y el dibujo de un edificio, para informar: ‘La casa quedada por muerte de D.
Domingo Belgrano Peri y la señora María Josefa González, sita en la calle apellido
del primero (…) en su actual estado: los señores que quisieran comprarla
enteramente libre (…), podrán dirigir sus propuestas a D. Francisco Belgrano,
teniente coronel de los ejércitos de la Patria donde hoy habita en la calle de
Tacuarí Nº 39 (…). Buenos Aires, Julio 5 de 1828’ ”. “Belgrano y la venta de
una casa histórica”, por Roberto L. Elissalde (En: La Gaceta Mercantil,
31-5-2019).
Antes de la construcción del edificio hubo un conventillo, que, según el
vecino Isaac Bandeizik, era “un tugurio espantoso, visitado de tanto en tanto
por unos fulanos que depositaban una corona y echaban un discurso…” http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/1/buenos-aires-pasado.htm
*En el Edificio Calmer vivió también el escritor español Francisco
Ayala, exiliado al caer la República.
[2] El Despertador
Teofilantrópico, n. 17 (12-VIII-1820), p. 264
[3] El prior José María
Cabrera en diálogo con Télam.
[4] Bartolomé
Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina,
t. III, Buenos Aires, 1887, p.462.
Es muy interesante la lectura de: https://eeeuu.cancilleria.gob.ar/userfiles/v7/ultimos-dias-de-belgrano.pdf
[5] Era muy grande la
relación que los padres de Manuel Belgrano tenían con el convento. Cuando murió
su papá, Domingo Belgrano Peri, fue velado en el interior de la iglesia y
enterrado en la nave de Nuestra Señora del Rosario, muy cerca de donde estaba
el altar de la Virgen, en aquella época, es decir, a la entrada del actual
camarín y en el sitio indicado actualmente con su nombre y una errónea fecha de
su deceso (8 de octubre). Su mamá, Josefa González Casero de Belgrano, pide
autorización a la comunidad para poner una lápida para su marido y el derecho
de enterrar al resto de su familia allí, a medida que fueran falleciendo.
Ofrece a cambio un aguamanil de jaspe blanco. Hay un acta que así lo confirma
(…) En los Libros de Sacristía consta, cada año, la celebración de misas en los
aniversarios del fallecimiento de Domingo y María Josefa, el 24 de setiembre y
el 1 de agosto, respectivamente…
Fr. Rubén González, O.P., “El general Belgrano y la orden de Santo
Domingo”. Tucumán, Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, 2000. 20p.
Trabajo publicado en la revista HISTORIA (Buenos Aires), n. 20 (1960. Colección
Mayo, III), p. 67-87.
[6] Una comisión
designada por el entonces presidente Roca procedió a exhumar los restos de
Belgrano, para trasladarlos a la urna que se depositaría en el mausoleo. Entre
sus restos se encontraron algunos dientes, que fueron llevados, tal vez como
souvenir, por los ministros del interior, doctor Joaquín V. González, y de
Guerra, coronel Pablo Riccheri. Este hecho, reprobado por los diarios porteños,
concluyó con la devolución de los dientes y las disculpas de los implicados.
[7] Fr. Rubén
González, O.P., cit.
[8] En 1811 Belgrano hizo
dos nuevas entregas, completando 165 volúmenes de 87 obras que constituían sólo
una parte de su valiosa biblioteca privada, atesorada desde la época de sus
estudios en España. (En: “Identidad bibliotecaria”, 15/6/2010.
https://richardebury.blogspot.com/2010/06/libros-donados-por-manuel-belgrano-la.html)
Bibliografía
consultada
Buenos Aires Historia ONG.
https://buenosaireshistoria.org/juntas/manuel-belgrano-en-montserrat/