LITERATURA &
REFLEXIÓN
Cuando haces daño a una persona
con un buen corazón, es posible que no notes una reacción inmediata.
No levantarán el tono, no te
acusarán y no crearán escenas.
Llevarán su dolor en silencio,
continuando siendo cálidos y compasivos, tal como los conocías.
Pero en el fondo de sus
corazones algo cambia.
Están empezando a alejarse, no
por venganza, sino por una clara aceptación de la realidad.
Poco a poco crean su distancia,
dejándose sin despedidas dramáticas, sin mirar atrás.
Estas son las personas que
confiaron en ti completamente y te valoraron sinceramente.
Cuando su confianza es
traicionada, no se desmorona de repente, sino que gradualmente se extingue,
dejándolos sin otra opción que proteger su paz interior.
Seguirán amables y compasivos,
pero nunca te mirarán con los mismos ojos.
Recuerda, la pérdida de un alma
buena es una pérdida irreversible.
Aprécialos mientras estén allí,
porque una vez que se hayan ido, no van a volver.
Crédito a su autor