REFLEXIÓN
2025 Intenciones
No haré promesas para este Nuevo Año.
No me pondré objetivos, metas o logros a
alcanzar.
Me niego a presionarme y dejarme llevar por la
insistencia de ser mejor cada día, de rendir mucho, de permanecer inalterable
al paso de los años y agradar siempre.
Procuraré ser más amable y bondadosa conmigo
misma. Seré paciente con mis miedos y no lucharé contra ellos: les haré un nido
de ternura en el pecho.
Me daré todo el tiempo que necesito para mis
tristezas, mis duelos, mis nostalgias. Cobijaré mi vulnerabilidad como un
tesoro.
Me regalaré días de ocio y de silencio, de
vagar y reír.
Escucharé mucho más a mi cuerpo y descansaré
todo lo necesario.
Me valoraré por haber llegado hasta aquí.
Sobreviviente y extraña. Perseverante en mis intuiciones. Dramática, obstinada,
solitaria y rebelde.
Bailaré, contaré historias, me volveré a caer,
me repondré sin prisa. Limpiaré mis heridas, pediré ayuda, seré manada.
Protegeré mis espacios de los depredadores.
Seré compasiva con mi alta sensibilidad y no encajaré en ninguno de los moldes
esperados.
Me detendré instantes en todo lo efímero del
mundo: mariposas y besos. Fecundaré poemas.
Dejaré de buscar lo que nunca me encuentra. No
me culparé.
Me regalaré todo aquello que me haga bien y
aceptaré con conciencia todas mis sombras.
Me amaré imperfecta, libre, mía.
Bienvenido 2025, bienvenida Vida.
Y que llegue la Paz.
S.A.P.