LITERATURA
AUTOREFERENCIAL
MARIPOSA DE LA MATANZA
Soy de La Matanza, nacido en el tercer cordón, el más olvidado, soy la mancha y las escondidas en las calles del barrio, soy una mano en el suelo haciendo una cuarta y apuntándole al gallo, soy las figuritas y la botella de jugo compartida en los recreos.
Soy el barquito de papel que navega desde mi habitación hasta naufragar en la zanja en un día de lluvia.
Soy alacena con hormigas, chapa caliente en un día de sol.
Soy de La Matanza, soy del tercer cordón, soy escuela pública, carpeta sin mochila, cartuchera flaca, boleto estudiantil y guardapolvo blanco.
Soy maqueta de cartón, préstame que te presto antes que borren el pizarrón. Soy de La Matanza, del tercer cordón, fuerza de trabajo, polenta, arroz con sal, fideo blanco, mate cocido con pan.
Soy Laferrere y Catán, Virrey del pino y muchos más, soy Rafael castillo y las casitas, soy barrio Independencia donde nací, reflejo de chapa oxidada en la caída del sol, soy Villa Scasso donde despierto cada día y desayuno la primera bocanada de aire con olor a campito y basural.
Soy lo que pudieron mamá y papá, que, por cierto, ya no están.
Soy de La Matanza, paladar sin dentadura y billete con disimulo en la mano del nieto, estudie mi hijito, consejo del corazón.
Soy remedio sin comida o comida sin medicación, laburo sin aportes, triste jubilación.
Soy la colecta entre los vecinos para pagar el ataúd en el día de mi entierro.
Soy de La Matanza, del tercer cordón, el más olvidado, balde en mano sacando agua de tu casa, piernas empujando tu auto que no arrancó y, si la tormenta duele mucho, soy frazada, ropa usada y también colchón.
Soy matancero y cuando puedo soy escritor, poesía sin analítico que va de mano en mano, de colectivo en colectivo, entre plazas y trenes.
Soy de La Matanza y piso barro, camino dejando huellas en tu ciudad. Llevo conmigo un mensaje para que sepas que existo, para que sepas que La Matanza existe y que es más de lo que muestra la Televisión violenta.
Soy todo lo que no tengo y te lo quiero regalar, escrito textos con el alma y te los hago llegar. Cuando termines de leerlos no los tires, regálalos, son como una mariposa, que nunca dejen de volar.
Leandro Da Silva