Desarrollo del tema
¿Qué es cultura?
¿Cómo es la cultura?
¿En qué instante fue amonedado el término cultura?
¿Cuáles son sus propiedades primordiales?
Descripción de la Cultura
El término cultura
proviene del vocablo latino cultura y éste a su vez de colore,
cuyo sentido es habitar, cultivar, proteger u honrar, sentidos todos aplicables
al ámbito del hogar, las tradiciones y las herencias.
Sin embargo, el
sentido de la palabra cultura ha variado a lo largo de los tiempos. Inicialmente
vinculado con la labranza y el mundo agrícola (de allí cultivar, cultivo),
comparte orígenes con las palabras colono y culto, a las que dejó de lado en su
camino a convertirse en una categoría abstracta y fundamental en la
consideración de mundo del hombre moderno.
Actualmente por cultura
entendemos dos distintas ideas:
El afán por el conocimiento y las bellas artes, las
humanidades y los saberes. De allí una “persona culta” o “inculta”. A este
ámbito se le conoce como alta cultura.
El conjunto de saberes, técnicas, creencias, tradiciones,
narraciones y otras elaboraciones discursivas que definen la manera específica
en que un conjunto humano de lidia con el mundo y consigo mismo.
Propiedades primordiales de la cultura
1) La inicial apariciones de la expresión
Quizá la
aparición histórica del término cultura que más relevante se muestra para su
historia y definición sea la del romano Cicerón, en sus Tusculanae
disputationes del año 45 a.C., en donde abogaba por la cultivación
del espíritu (cultura animi) como
un ideal humano, valiéndose de una metáfora agrícola para bautizarlo.
Es posible que
el sentido original del término fuera el que aún conserva en usos modernos como
apicultura, piscicultura o agricultura, vinculados con el arte de la siembra o
la cosecha.
Y así se
mantendrá hasta pasado el Medioevo, cuando la Ilustración encuentre en dicha
metáfora la posibilidad de distinguir entre el estado natural (salvaje) y el
campo cultivado, vale decir, cuando se funda la distinción entre naturaleza y
cultura.
2) Homólogo de humanidad
A partir del
culto a la razón humana que nació con la Ilustración europea, el término
cultura pasa a representar los valores de la
civilización, de la mano de la idea del progreso.
Este giro, a la vez, vincularía de manera estrecha a la cultura con lo patrio,
en tanto su cultura particular sería el orgullo de las naciones.
Así, el proceso
civilizatorio implicaría el paulatino perfeccionamiento de los pactos
sociales, las normativas jurídicas, formas de gobierno y la
acumulación progresiva de los saberes humanos: todo ello vendría a ser luego la
cultura.
Sin embargo, las
vertientes universalistas y nacionalistas (francesa y alemana) tomarían el
término para sí y sembrarían una dualidad en su seno, pues nacería la cultura
universal y también las culturas locales. Una tensión que permanecerá más o
menos irresuelta hasta nuestros días.
3) Diferentes hábitos
Para las
diversas ciencias sociales, el concepto de cultura nace en el siglo
XIX, cuando muchas de ellas eran aún disciplinas jóvenes. Dicho
contexto la obliga a tener que ver con las maneras de pensar la sociedad humana
que en esa época imperaban: los primeros sociólogos como Émile Durkheim nunca
se sintieron cómodos con el término, y es la opinión general que Carlos Marx
hizo bastante de lado a la cultura en sus filosofías sociales.
La antropología,
en cambio, se fundaría teniendo el concepto de cultura muy en el centro, a
menudo teniéndola como resultado de ciertos devenires históricos de la
sociedad.
Finalmente, en UNESCO
se define cultura como “el conjunto de los rasgos distintivos
espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una
sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes
y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de
valores, las tradiciones y las creencias”.
4) Cometido comunitario
La cultura
opera, desde el punto de vista de lo comunitario, como una
red de sentidos y símbolos que construyen una
noción de pertenencia, un nosotros. Dicha noción puede
ser la de un conjunto humano minoritario, tribal, o la de un hemisferio, o
incluso ciertos arquetipos culturales son comunes a la humanidad entera.
La fabricación
de dicha red, en efecto, ha sido asunto de siglos y milenios de hibridación y
traducción de ciertos contenidos psíquicos primigenios, junto a las presiones
propias de nuestro espíritu gregario, que conducen a la elaboración de
lenguajes comunes y a la categorización imaginaria del mundo.
5) Sistematicidad emblemática
La cultura opera
como un sistema de emblemas que
tienen distinta o variada elaboración. He allí que existan conexiones
discusivas y fácticas entre rituales, representaciones artísticas y
estereotipos culturales entre los integrantes de una comunidad y, más aún, entre
distintos grupos sociales.
La cultura, en
tanto sistema, opera en base a la inclusión y la exclusión de los otros, en
base a la afirmación de un colectivo y la singularidad del hombre en tanto
individuo. Se trata, en última instancia, de un sistema de símbolos sostenido
en el lenguaje verbal pero tal vez previo a su existencia,
cuyo cometido es ordenar psicoafectivamente la realidad de los individuos.
6) Primogenitura
La cultura se
transmite y perpetúa en el tiempo, y varía también al hacerlo.
Esto ocurre en la educación formal e informal: tanto la que forma parte de las
políticas educativas y culturales de un Estado en cuestión, a través de sus
escuelas, museos, programación artística e histórica; como la que se transmite
entre padres e hijos, entre grupos de influencia, medios de comunicación y el
habla común, cotidiana, en la cual se refuerzan valores y puntos de vista
populares.
En muchos
sentidos se busca preservar la cultura (su contenido tradicional y heredado de
ancestros locales), pero también se sabe que el campo cultural es un
organismo vivo y en perpetua mutación, tanto como un campo de
combate: así que hay discursos en elaboración y otros en franca pérdida, a lo
largo del tiempo.
7) Dogma
En la cultura
están contenidas las creencias de un grupo humano específico: sus modos
de religiosidad específicos, sus supersticiones, sus reminiscencias mágicas o
primitivas. Pero también su fe en la ciencia, en doctrinas
modernas del progreso o su fervor por la filosofía y las artes del pensamiento,
en tantas herramientas de interpretación del mundo que nos rodea.
8) Valores, preceptos y penalidades
La enseñanza
moral y ética forma parte también del contenido cultural de las
naciones. Sus aproximaciones al otro, a la ley, al delito, sus ideas de lo
sancionable, lo aconsejable y lo réprobo, a menudo de la mano de su pensamiento
político y religioso. La cortesía, el protocolo, el
ordenamiento de los roles sociales y el sentido de la justicia
forman parte de ello.
9) La alta y baja cultura
Las
manifestaciones artísticas, filosóficas y arquitectónicas de un pueblo forman
quizá la parte más visible, exportable y celebrada de su cultura. Al conjunto
de dichas manifestaciones se las considera alta
cultura cuando en contacto con el discurso de las élites y baja
cultura o cultura popular
cuando representa los modelos tradicionales del folklore
y las masas.
10) Ciencia y tecnología
Aunque
normalmente no se lo piense así, la ciencia y la
tecnología forman parte importante de la cultura contemporánea.
No sólo por su importancia en hacer del mundo un lugar semejante a lo que de él
imaginamos, sino porque modelan, contaminan y forman parte de nuestra manera de
interrelacionarnos.
Hoy en día se
habla de cultura digital, cultura
2.0 y otros términos que apuntan a un sector creciente del ejercicio cultural
que se produce en Internet y redes sociales.