viernes, 11 de agosto de 2017

Las propiedades de la cultura

Desarrollo del tema
¿Qué es cultura?
¿Cómo es la cultura?
¿En qué instante fue amonedado el término cultura?
¿Cuáles son sus propiedades primordiales?

Descripción de la Cultura

El término cultura proviene del vocablo latino cultura y éste a su vez de colore, cuyo sentido es habitar, cultivar, proteger u honrar, sentidos todos aplicables al ámbito del hogar, las tradiciones y las herencias.
Sin embargo, el sentido de la palabra cultura ha variado a lo largo de los tiempos. Inicialmente vinculado con la labranza y el mundo agrícola (de allí cultivar, cultivo), comparte orígenes con las palabras colono y culto, a las que dejó de lado en su camino a convertirse en una categoría abstracta y fundamental en la consideración de mundo del hombre moderno.
Actualmente por cultura entendemos dos distintas ideas:
El afán por el conocimiento y las bellas artes, las humanidades y los saberes. De allí una “persona culta” o “inculta”. A este ámbito se le conoce como alta cultura.
El conjunto de saberes, técnicas, creencias, tradiciones, narraciones y otras elaboraciones discursivas que definen la manera específica en que un conjunto humano de lidia con el mundo y consigo mismo.

Propiedades primordiales de la cultura

1) La inicial apariciones de la expresión

Quizá la aparición histórica del término cultura que más relevante se muestra para su historia y definición sea la del romano Cicerón, en sus Tusculanae disputationes del año 45 a.C., en donde abogaba por la cultivación del espíritu (cultura animi) como un ideal humano, valiéndose de una metáfora agrícola para bautizarlo.
Es posible que el sentido original del término fuera el que aún conserva en usos modernos como apicultura, piscicultura o agricultura, vinculados con el arte de la siembra o la cosecha.
Y así se mantendrá hasta pasado el Medioevo, cuando la Ilustración encuentre en dicha metáfora la posibilidad de distinguir entre el estado natural (salvaje) y el campo cultivado, vale decir, cuando se funda la distinción entre naturaleza y cultura.

2) Homólogo de humanidad

A partir del culto a la razón humana que nació con la Ilustración europea, el término cultura pasa a representar los valores de la civilización, de la mano de la idea del progreso. Este giro, a la vez, vincularía de manera estrecha a la cultura con lo patrio, en tanto su cultura particular sería el orgullo de las naciones.
Así, el proceso civilizatorio implicaría el paulatino perfeccionamiento de los pactos sociales, las normativas jurídicas, formas de gobierno y la acumulación progresiva de los saberes humanos: todo ello vendría a ser luego la cultura.
Sin embargo, las vertientes universalistas y nacionalistas (francesa y alemana) tomarían el término para sí y sembrarían una dualidad en su seno, pues nacería la cultura universal y también las culturas locales. Una tensión que permanecerá más o menos irresuelta hasta nuestros días.

3) Diferentes hábitos

Para las diversas ciencias sociales, el concepto de cultura nace en el siglo XIX, cuando muchas de ellas eran aún disciplinas jóvenes. Dicho contexto la obliga a tener que ver con las maneras de pensar la sociedad humana que en esa época imperaban: los primeros sociólogos como Émile Durkheim nunca se sintieron cómodos con el término, y es la opinión general que Carlos Marx hizo bastante de lado a la cultura en sus filosofías sociales.
La antropología, en cambio, se fundaría teniendo el concepto de cultura muy en el centro, a menudo teniéndola como resultado de ciertos devenires históricos de la sociedad.
Finalmente, en UNESCO se define cultura como “el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.

4) Cometido comunitario

La cultura opera, desde el punto de vista de lo comunitario, como una red de sentidos y símbolos que construyen una noción de pertenencia, un nosotros. Dicha noción puede ser la de un conjunto humano minoritario, tribal, o la de un hemisferio, o incluso ciertos arquetipos culturales son comunes a la humanidad entera.
La fabricación de dicha red, en efecto, ha sido asunto de siglos y milenios de hibridación y traducción de ciertos contenidos psíquicos primigenios, junto a las presiones propias de nuestro espíritu gregario, que conducen a la elaboración de lenguajes comunes y a la categorización imaginaria del mundo.

5) Sistematicidad emblemática

La cultura opera como un sistema de emblemas que tienen distinta o variada elaboración. He allí que existan conexiones discusivas y fácticas entre rituales, representaciones artísticas y estereotipos culturales entre los integrantes de una comunidad y, más aún, entre distintos grupos sociales.
La cultura, en tanto sistema, opera en base a la inclusión y la exclusión de los otros, en base a la afirmación de un colectivo y la singularidad del hombre en tanto individuo. Se trata, en última instancia, de un sistema de símbolos sostenido en el lenguaje verbal pero tal vez previo a su existencia, cuyo cometido es ordenar psicoafectivamente la realidad de los individuos.

6) Primogenitura

La cultura se transmite y perpetúa en el tiempo, y varía también al hacerlo. Esto ocurre en la educación formal e informal: tanto la que forma parte de las políticas educativas y culturales de un Estado en cuestión, a través de sus escuelas, museos, programación artística e histórica; como la que se transmite entre padres e hijos, entre grupos de influencia, medios de comunicación y el habla común, cotidiana, en la cual se refuerzan valores y puntos de vista populares.
En muchos sentidos se busca preservar la cultura (su contenido tradicional y heredado de ancestros locales), pero también se sabe que el campo cultural es un organismo vivo y en perpetua mutación, tanto como un campo de combate: así que hay discursos en elaboración y otros en franca pérdida, a lo largo del tiempo.

7) Dogma

En la cultura están contenidas las creencias de un grupo humano específico: sus modos de religiosidad específicos, sus supersticiones, sus reminiscencias mágicas o primitivas. Pero también su fe en la ciencia, en doctrinas modernas del progreso o su fervor por la filosofía y las artes del pensamiento, en tantas herramientas de interpretación del mundo que nos rodea.

8) Valores, preceptos y penalidades

La enseñanza moral y ética forma parte también del contenido cultural de las naciones. Sus aproximaciones al otro, a la ley, al delito, sus ideas de lo sancionable, lo aconsejable y lo réprobo, a menudo de la mano de su pensamiento político y religioso. La cortesía, el protocolo, el ordenamiento de los roles sociales y el sentido de la justicia forman parte de ello.

9) La alta y baja cultura

Las manifestaciones artísticas, filosóficas y arquitectónicas de un pueblo forman quizá la parte más visible, exportable y celebrada de su cultura. Al conjunto de dichas manifestaciones se las considera alta cultura cuando en contacto con el discurso de las élites y baja cultura o cultura popular cuando representa los modelos tradicionales del folklore y las masas.

10) Ciencia y tecnología

Aunque normalmente no se lo piense así, la ciencia y la tecnología forman parte importante de la cultura contemporánea. No sólo por su importancia en hacer del mundo un lugar semejante a lo que de él imaginamos, sino porque modelan, contaminan y forman parte de nuestra manera de interrelacionarnos.
Hoy en día se habla de cultura digital, cultura 2.0 y otros términos que apuntan a un sector creciente del ejercicio cultural que se produce en Internet y redes sociales.