martes, 9 de enero de 2024

Poesía

LITERATURA

ERA UN BAILONGO FLOR.

Era un bailongo flor, haya en el bajo

donde pa’entrar no había que ser decente.

Entreveraos entre el grueso e’los presentes

andaba el fiolo, el taquero y algún agente,

el abogao, el juez de paz con su escribiente

que no voy a nombrar, pa’ ser prudente.

Era un ambiente pesao y ya en la puerta,

donde poder dentrar, no era sencillo

por cada faca, facón o algún cuchillo,

te regalaban una copa de aguardiente.

Allí quedaban guardáos los instrumentos,

como violines esperando algún concierto.

Lo bueno era cuando en noches de avería,

un parroquiano crepaba "de repente”

en el control exhaustivo de la entrada,

pa’ preservar lo seguro del ambiente,

por cada faca, facón o algún cuchillo

te regalaban “dos” copitas de aguardiente.

CARLOS PARRELLA

Dedicado a mi amigo Lorenzo Ogdon