HISTORIA
20 de febrero de 1813 – Batalla de Salta
Con el triunfo de Belgrano en la batalla de Tucumán, la revolución por la independencia tomo su verdadero camino en su definición libertaria. El golpe de estado del 8 de octubre de 1812 termino con los titubeos del primer Triunvirato, exigiendo llamar a una asamblea constitutiva para dictar una Carta Magna que institucionalice la Patria como una nueva nación soberana, reuniéndose esta el 31 de enero de 1813.
Si bien el dictado de esta Constitución no se realizó, se resolverán y aprobaron fundamentalmente medidas por la que los hombres y las mujeres dejaban de ser súbditos para ser ciudadanos con responsabilidad sobre los actos de gobierno, creando el Estado de Derecho que reemplazaba la monarquía, donde la participación ciudadana era ciudadana y tenía igualdad social ante la ley en concordancia jurídica.
Adopto un sello “Escudo Nacional”; una canción patria “Himno Nacional”; suprimió los títulos de nobleza, elimino los instrumentos de tortura; dio la libertad de vientres; abolió la inquisición; ordeno la acuñación de moneda propia; y otras medidas de igual tenor, todos actos que caracterizaban a un estado soberano.
Mientras esto sucedía, Belgrano realizaba la traducción del Discurso de "Despedida de Washington a los Estados Unidos", en la cual advertía con sabiduría, los límites de la libertad y la necesidad de expresarse de los pueblos en forma soberana, y la unión de estos frente a las naciones extranjeras, considerando a la nación como un bien supremo.
Reafirmando tales principios en camino a la batalla final en Salta, reunió a la tropa al margen del rio pasaje (hoy Juramento) y en forma solemne hizo jurar obediencia a la Asamblea ya que debía ahora, hablar el pueblo para defender sus derechos como ciudadanos de una nueva nación por voluntad propia y así lo hizo protocolarmente usando la Bandera sobre la cual procedía la ceremonia; y esta era la misma que había bendecido y jurado en Jujuy como símbolo de soberanía.
La batalla que capitularan los realistas se dará en Salta el 20 de febrero de 1813. Todo era distinto en el ánimo de los pueblos, sin despreciar la capacidad de su genial conductor militar, con su planteo de frente invertido que confundió al enemigo, y la bravura de sus soldados, haciendo cumplir la sentencia de Güemes: ¡a un pueblo que quiere ser libre no hay poder humano que lo sujete!
Salta cubrió de gloria el nacimiento de una nueva nación que, por su épica, significo uno de los hechos militares más importantes de la emancipación americana.
La nueva visión hizo considerar que la América era solo una y que los ejércitos realistas de ese momento estaban conformados en su composición por soldados alto peruanos y se los debía tratar en su calidad de hermanos americanos, dispuso la liberación de los vencidos bajo el juramento de no volver a tomar las armas contra la Patria en un acto de total grandeza.
Y los muertos en batalla de ambos ejércitos fueron enterrados juntos como hermanos bajo la misma Cruz de Cristo.
"Aquí yacen vencedores y vencidos "
Joaquin Carrillo