1616
– 23 de Abril – 2016
A cuatrocientos
años de su inmortalidad
Biografía de
Miguel de Cervantes Saavedra: Nació en Alcalá de Henares, España, el
29 de setiembre de 1547; Escritor español, autor de Don Quijote de la Mancha (1605 y 1615), obra cumbre de la
literatura universal. La inmensa fama de este libro inmortal, que parte de la
parodia del género caballeresco para trazar un maravilloso retrato de los
ideales y prosaísmos que cohabitan en el espíritu humano, ha hecho olvidar la
existencia siempre precaria y azarosa del autor, al que ni siquiera sacó de la
estrechez el fulgurante éxito del Quijote,
compuesto en los últimos años de su vida.
Cuarto
hijo de un modesto médico, Rodrigo de Cervantes, y de Leonor de Cortinas, vivió
una infancia marcada por los acuciantes problemas económicos de su familia, que
en 1551 se trasladó a Valladolid, a la sazón sede de la corte, en busca de
mejor fortuna. Allí inició el joven Miguel sus estudios, probablemente en un
colegio de jesuitas.
Cuando
en 1561 la corte regresó a Madrid, la familia Cervantes hizo lo propio, siempre
a la espera de un cargo lucrativo. La inestabilidad familiar y los vaivenes
azarosos de su padre (que en Valladolid fue encarcelado por deudas)
determinaron que su formación intelectual, aunque extensa, fuera más bien
improvisada. Aun así, parece probable que frecuentara las universidades de
Alcalá de Henares y Salamanca, puesto que en sus textos aparecen copiosas
descripciones de la picaresca estudiantil de la época.
En
1569 salió de España, probablemente a causa de algún problema con la justicia,
y se instaló en Roma, donde ingresó en la milicia, en la compañía de don Diego
de Urbina, con la que participó en la batalla de Lepanto (1571). En este
combate naval contra los turcos fue herido de un arcabuzazo en la mano
izquierda, que le quedó anquilosada.
Cuando
regresaba de vuelta a España tras varios años de vida de guarnición en Cerdeña,
Lombardía, Nápoles y Sicilia (donde había adquirido un gran conocimiento de la
literatura italiana), la nave en que viajaba fue abordada por piratas turcos
(1575), que lo apresaron y vendieron como esclavo, junto a su hermano Rodrigo,
en Argel. Allí permaneció hasta que, en 1580, un emisario de su familia logró
pagar el rescate exigido por sus captores.
Ya en
España, tras once años de ausencia, encontró a su familia en una situación aún
más penosa, por lo que se dedicó a realizar encargos para la corte durante unos
años. En 1584 casó con Catalina Salazar de Palacios, y al año siguiente se
publicó su novela pastoril La Galatea.
En 1587 aceptó un puesto de comisario real de abastos que, si bien le acarreó
más de un problema con los campesinos, le permitió entrar en contacto con el
abigarrado y pintoresco mundo del campo que tan bien reflejaría en su obra
maestra, el Quijote.
Falleció
el 23 de abril de 1616 en Madrid,
España.
Don Quijote de la Mancha
La
primera parte de El ingenioso hidalgo
don Quijote de la Mancha apareció en 1605; el éxito de este libro fue
inmediato y considerable, pero no le sirvió para salir de la miseria. Al año
siguiente la corte se trasladó de nuevo a Valladolid, y Cervantes con ella,
para poder seguir mendigando favores. Mientras los grandes poetas del Siglo de
Oro, empezando por Francisco de Quevedo o Luis de Góngora, gozaban de una
sólida posición o de la protección de aristócratas, y el mejor dramaturgo de la
época, Lope de Vega, podía incluso vivir de su obra, la justa fama que le había
dado la difusión del Quijote
sólo sirvió a Cervantes para publicar otras obras que ya tenía escritas: los
cuentos morales de las Novelas
ejemplares, el Viaje del
Parnaso y las Comedias y
entremeses.
En
1615, meses antes de su muerte, envió a la imprenta el segundo tomo del Quijote, con lo que quedaba completa
la obra que lo sitúa como uno de los más grandes escritores de la historia y
como el fundador de la novela en el sentido moderno de la palabra. A partir de
una sátira corrosiva de las novelas de caballerías, el libro construye un
cuadro tragicómico de la vida y explora las profundidades del alma a través de
las andanzas de dos personajes arquetípicos y contrapuestos, el iluminado don
Quijote y su prosaico escudero Sancho Panza.
Las
dos partes del Quijote ofrecen,
en cuanto a técnica novelística, notables diferencias. De ambas, la segunda (de
la que se publicó en Tarragona una versión apócrifa, conocida como el Quijote de Avellaneda, que Cervantes
tuvo tiempo de rechazar y criticar por escrito) es, por muchos motivos, más perfecta
que la primera, publicada diez años antes. Su estilo revela mayor cuidado, y el
efecto cómico deja de buscarse en lo grotesco y se consigue con recursos más
depurados.
Los
dos personajes principales adquieren también mayor complejidad, al emprender
cada uno de ellos caminos contradictorios, que conducen a don Quijote hacia la cordura y el
desengaño, mientras Sancho Panza siente nacer en sí nobles anhelos de
generosidad y justicia. Pero la grandeza del Quijote no debe ocultar el valor
del resto de la producción literaria de Cervantes, entre la que destaca la
novela itinerante Los trabajos de
Persiles y Sigismunda, su auténtico testamento literario.