LITERATURA
Historia que convirtió la felicidad en un compromiso moral
EL 29 DE MAYO DE 1958 MUERE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, DOS
AÑOS DESPUÉS DE RECIBIR EL NOBEL DE LITERATURA POR SU POESÍA LÍRICA.
¿Cuál es el comentario inmediato
que le viene a la mente sobre ‘Platero y yo’?
En esta obra se manifiesta la
esencia de su autor, gran parte de su ser. Probablemente, en ‘Platero y yo’ se
encuentran las células madres de su producción literaria. Cuando tenía 11 o 12
años la leí por primera vez y quedé deslumbrada con la idea de que no solo
existe un modo de comunicarse con las palabras. Entendí que estas son elementos
mágicos, que, combinados convenientemente, pueden transmitir una diversidad de
significados y generar las emociones más intensas. Podría decir que es allí
cuando mi preferencia por el género lírico se reafirmó. Más adelante, cuando la
volví a leer en tiempos de universidad, ‘Platero y yo’ se volvió inolvidable
porque reconocí otras manifestaciones del dolor, la felicidad se convirtió en
un compromiso moral y la nostalgia en un sentimiento constante.
¿Qué aspectos literarios resalta
de la obra?
‘Platero y yo’ está escrita en
prosa poética. Aunque están ausentes la métrica y la rima, en la narración a
través del uso de la simbología, metáfora y sinestesia, podemos encontrar
conmovedoras expresiones líricas. Además, se evoca al tiempo, a las personas y
a los sentimientos. Las experiencias de los personajes acompañadas del recuerdo
crean una narración con un profundo y melancólico lirismo. La poesía en
‘Platero y yo’ imprime rasgos humanos a todo lo existente. Esto hace
significativa la interacción del hombre con la naturaleza y provoca que los
sentimientos en los personajes se agudicen. Por ejemplo, el protagonista le
habla a Platero, y es justamente aquí cuando los monólogos se convierten en
espacios de profunda y enriquecedora reflexión. Cuando se cuestiona (sin
condenar) el comportamiento de los hombres, el dolor alcanza su mayor
intensidad y la lírica ejerce su carácter con el intento de difuminar los
efectos de la melancolía.
Tres frases para reflexionar de
la obra
“Viajan sin dinero y sin
maletas; mudan de casa cuando se les antoja; presumen un arroyo, presienten una
fronda, y solo tienen que abrir sus alas para conseguir la felicidad; no saben
de lunes ni de sábado; se bañan en todas partes, a cada momento; aman el amor
sin nombre, la amada universal.”
“Este remanso, Platero, era mi
corazón antes. Así me lo sentía, bellamente envenenado, en su soledad, de
prodigiosas exuberancias detenidas…
“Cuando el amor humano lo hirió,
abriéndose su dique, corrió la sangre corrompida, hasta dejarlo puro, limpio y
fácil, como el arroyo de los Llanos, Platero, en la más abierta, dorada y
caliente hora de abril”
Por Cynthia Briceño