Breve
reseña contemporánea a 15 años de los sucesos de los días 19 y 20 de Diciembre
de 2001 con la renuncia del presidente Fernando De la Rúa y el estallido social.
Introducción Histórica: La
crisis de diciembre de 2001 en Argentina, o crisis de 2001,
también referida como el Cacerolazo o el Argentinazo, fue una crisis
política, primero fue económica, social e institucional, potenciada por una revuelta
popular generalizada bajo el lema "¡Qué se vayan todos!", que causó
la renuncia del entonces presidente de Argentina Fernando de la Rúa, dando
lugar a un período de inestabilidad política durante el cual cinco funcionarios
ejercieron la Presidencia de la Nación. Sucedió en el marco de una crisis mayor
que se extendió entre 1998 y 2002, causada por una larga recesión que disparó
una crisis humanitaria, de representatividad, social, económica, financiera y política.
En medio de una crisis social,
económica e institucional sin precedentes, el presidente Fernando de la Rúa
presentó su renuncia. El día anterior había decretado el estado de sitio, lo que
originó una represión que dejó más de 30 muertos.
Ante la acefalia
provocada por la renuncia de Fernando De la Rúa, el presidente provisional del
Senado, Ramón Puerta, asumió interinamente la Presidencia de la República. De
acuerdo con la Ley de Acefalía 20.972, dentro de las siguientes 48 horas Puerta
convocó a la Asamblea Legislativa para designar quién desempeñaría la
Presidencia hasta la elección de un nuevo presidente mediante el voto popular.
El 19 y 20
de diciembre de 2001 fueron parte de un proceso inolvidable para la República
Argentina. Saqueos, cacerolazos, represión y el grito de “Que se vayan todos”
resuenan en el aire cuando se conmemora una de las jornadas más trágicas
de la historia de nuestro país.
En los últimos
años, pocas jornadas deben haber sido tan largas para los argentinos como las
del esos días. Las noticias de saqueos a supermercados llegaban a través de
imágenes que se transmitían por televisión y la crisis económica azotaba a las
familias. Frente a la movilización popular, el presidente De la Rúa decretó el
estado de sitio. Pero el pueblo no acató y esa misma noche salió con toda su
desesperación a la calle.
La Plaza de Mayo
se convirtió, en pocas horas, en el epicentro del reclamo, donde el “Que se
vayan todos” resonó con fuerte indignación. Pero, como suele suceder, las
fuerzas de seguridad no estuvieron a la altura y la represión no tardó en
llegar. El resultado fueron 39 personas fallecidas por la policía –durante las
dos jornadas– entre ellos, nueve menores.
El corralito
financiero que impuso el por entonces ministro de economía, Domingo Cavallo,
dejó en la lona a cientos de familias de clase media, que veían cómo sus
ahorros se esfumaban y salieron a la calle a reclamar junto a los sectores
populares. Así nacieron los “caceroleros”, mientras los saqueos continuaban
produciéndose en distintos puntos del país. Muchos comerciantes, desesperados
ante la pérdida de su mercadería, decidieron bajar las persianas. La imagen de
un hombre con rasgos orientales llorando a la entrada de su comercio saqueado
se multiplicó en las señales de televisión.
Las protestas se
extendieron durante la madrugada del 20 de diciembre frente a la casa del
Ministro de Economía Domingo Cavallo, que más tarde anunciaba su renuncia. A
pesar del estado de sitio decretado por De la Rúa, las calles de Buenos Aires y
de otras ciudades del país se llenaron de manifestantes.
Había enfrentamientos
en Córdoba, La Plata y la gente llegó a cortar el puente en Corrientes,
mientras el conurbano era un nudo de tensión y las provincias ardían.
La masacre de
Plaza de Mayo del 20 de diciembre de 2001 fue una matanza de personas en la
Plaza de Mayo de Buenos Aires (Argentina) y sus alrededores sucedida el 20 de diciembre
de 2001.
En la misma
fueron asesinadas cinco personas (Carlos Almirón, Gustavo Ariel Benedetto,
Diego Lamagna, Alberto Márquez y Gastón Marcelo Riva), se intentó asesinar a
otras cuatro (Marcelo Dorado, Martín Galli, Sergio Rubén Sánchez y Paula
Simonetti) y sufrieron lesiones otras 227. Los hechos se produjeron bajo la
presidencia de Fernando de la Rúa en el contexto de la crisis de diciembre de
2001 en Argentina, una pueblada generalizada en todo el país, durante la cual
fueron asesinadas entre 36 personas, entre ellas siete niños de entre trece y
dieciocho años.
El
juicio contra diecisiete acusados de la masacre comenzó el 24 de febrero de
2014 y se estima que la sentencia será dictada en el primer semestre de 2016.