LITERATURA
REFLEXIÓN
Sociedades fracasadas
Cuando se le preguntó al
escritor ruso Antón Pávlovich Chéjov acerca de la naturaleza de las sociedades
fallidas, él respondió:
“En las sociedades fallidas,
hay mil tontos para cada mente débil, y mil palabras podridas para cada palabra
consciente. La mayoría es siempre la idiota, y la inteligente prevalece
constantemente. Así que, si ves temas triviales liderando discusiones en una
comunidad, y temas triviales encabezando la escena, estás hablando de una
sociedad muy fallida.
Por ejemplo, canciones y
palabras sin sentido encuentran a millones de personas bailando y cantando, y
el dueño de la canción se hace famoso, conocido y amado. Incluso la gente tiene
sus opiniones en asuntos de sociedad y vida.
En cuanto a científicos,
escritores y autores, nadie los conoce y nadie les da valor ni peso. La mayoría
de la gente ama las tonterías y la intoxicación. Alguien que nos adormece para
hacernos perder la mente, y alguien que nos hace reír con tonterías, es mejor
que alguien que nos despierta ante la realidad y nos lastima diciendo la
verdad. Por eso la democracia no es buena para las comunidades ignorantes,
porque la mayoría ignorante decidirá tu destino.”
-.-
Reseña bibliográfica
Dramaturgo
y autor de relatos, Antón Pávlovich Chéjov es uno
de los escritores más destacados de la literatura rusa del siglo XIX. La
crítica moderna considera a Chéjov uno de los maestros del relato. Y dentro del
teatro ruso se le considera como un representante fundamental del naturalismo
moderno.
Sus obras dramáticas, lo mismo que sus relatos, son una crítica
constante de la sociedad que le tocó vivir, la Rusia anterior a la revolución
de 1905, donde refleja la inquietud de sus personajes por crear un mundo mejor…
y su frustración. Para presentar estos temas, Chéjov desarrolló una nueva
técnica dramática, que él llamó de “acción indirecta”. Para ello diseccionaba
los detalles de la caracterización e interacción entre los personajes más que
el argumento o la acción directa. En una obra de teatro de Chéjov muchos
acontecimientos dramáticos importantes tienen lugar fuera de la escena y lo que
se deja sin decir es muchas veces más importante que las ideas y sentimientos
expresados.
Maestro en el tacto emocional y el dibujo de los personajes, con
inclinación al miramiento crítico en unos textos impregnados de sensibilidad y
sentido del humor, Chéjov falleció en 1904 causa de la tuberculosis que padeció
durante toda su vida.
Algunos de los mejores relatos de Chéjov se incluyen en el libro
publicado póstumamente Los veraneantes y
otros cuentos (1910). Sus cuentos y relatos cortos más importantes son La
estepa (1888), La cigarra (1892), La sala número
6 (1892), El monje negro (1894) y La señora del
perro (1899). Entre sus obras teatrales destacan La
gaviota (1896), El tío Vania (1897) o Las tres
hermanas (1901).
Fuente consultada
Círculo de Bellas Artes