NOTA PERIODÍSTICA
De dónde viene la nueva moda que empezó a ser
tendencia en algunos barrios porteños
Los patitos, en la cabeza
Tienen
un nombre específico: patitos kawaii. Están disponibles en plásticos o peluches
y hasta se venden entre los puestos de revistas. Su origen incierto y el boom
que causaron en Japón y Perú
Al principio, solo un puñado de valientes se animaban a usarlos,
pero de a poco se fueron sumando otros tantos, hasta convertirse hoy en una
tendencia, que ha capturado la atención de transeúntes y curiosos: estamos
hablando de las personas
que pasean con un peculiar adorno de patitos amarillos en la cabeza.
Si bien es un fenómeno que se observa con mayor claridad en las grandes urbes,
como la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba o Rosario, lo cierto es que los patitos
están en todos lados. Pero, ¿de dónde surgió nueva moda? ¿llegó para quedarse?
Estos patitos, disponibles en plástico y
peluche, algunos personalizados con gafas de sol o pañuelos y luces, se han convertido en un
accesorio de moda en sí mismos, enganchados a la cabeza mediante un resorte
y un ganchito que les permite balancearse de manera divertida.
Este estilo, que se hizo popular en las redes sociales, trascendió
las fronteras de las pantallas y parece instalarse en la vida cotidiana. Ya no resulta llamativo ver a
gente caminar con patitos en la cabeza, particularmente en zonas
porteñas como el Barrio Chino y en Belgrano, e incluso en los alrededores de la
Feria del Libro.
El origen de estos
patitos es incierto, pero las teorías sugieren que su popularidad puede estar vinculada a influencias
culturales de Japón, especialmente del animé, donde los personajes a menudo
llevan objetos adorables en la cabeza.
También, hay
quienes creen que estos juguetes, conocidos también como patitos kawaii, tienen
su origen en el ambiente artístico de Países Bajos. En tanto, otros sostienen
que su uso, más allá de
la procedencia, trae buena suerte y alegría.
El primer
antecedente de esta moda se registró en 2023, en Perú: empezaron a verse en
eventos gastronómicos y en ferias, donde los comerciantes los ofrecían por
doquier. En la actualidad, también se pueden ver en distintas ciudades de
México.
Esta dinámica no
se limita a una simple hebilla en la cabeza: hay quienes optan por llevar los patitos en el
hombro o en la solapa de la ropa. Estos accesorios se han convertido
en una forma de expresar optimismo y alegría. Es que, a cada paso, los patitos
balanceándose arrancan sonrisas y comentarios, convirtiéndose en un elemento
disruptivo y alegre en la vestimenta diaria.
Aunque pueda
parecer una moda trivial o pasajera, lo cierto es que los patitos amarillos son una muestra de cómo una idea
puede propagarse rápidamente y adaptarse a diferentes contextos culturales.
Fuente
consultada
Página
12, Sociedad, 17/05/2024.