EL PAÍS
El mensaje de
los obispos en el Tedeum
"La inequidad social también es
violencia"
Por Washington Uranga
El arzobispo de
Tucumán, Carlos Sánchez.
Imagen: AICA
Mientras el cardenal Mario Poli pidió en la Catedral de
Buenos Aires que los candidatos trabajen por el "sueño de un gran
encuentro fraterno de los argentinos", en Tucumán, el arzobispo de esa
ciudad, Carlos Sánchez, sostuvo que "la inequidad social también es
violencia", y lamentó que los argentinos "nos hayamos
acostumbrado" a esta situación que "se instaló en todos los rincones
de nuestra Patria". Ambos obispos hablaron en los actos religiosos de
acción de gracias (Tedeum) celebrados en sus respectivas diócesis. En ninguno
de los dos lugares estuvo presente el presidente Mauricio Macri. En la catedral
metropolitana el representante oficial fue el vicejefe del gobierno porteño,
Diego Santilli, y en Tucumán asistió el gobernador Juan Manzur.
En Río Cuarto, el obispo Adolfo Uriona pidió por un país solidario, justo y que busque el consenso y el diálogo. El arzobispo de Luján-Mercedes, Agustín Radrizzani, demandó construir "puentes de diálogo", respetar y valorar al que piensa distinto porque "en la medida que no podemos considerar al otro, que no acepamos su alteridad, no podremos dialogar". Las intervenciones de los obispos mantienen en todos los casos la línea argumentativa que viene sosteniendo el episcopado católico en sus manifestaciones públicas recientes, reclamando diálogo y encuentro entre los argentinos, por una parte, y advirtiendo sobre la gravedad de la situación social, por otra.
En Río Cuarto, el obispo Adolfo Uriona pidió por un país solidario, justo y que busque el consenso y el diálogo. El arzobispo de Luján-Mercedes, Agustín Radrizzani, demandó construir "puentes de diálogo", respetar y valorar al que piensa distinto porque "en la medida que no podemos considerar al otro, que no acepamos su alteridad, no podremos dialogar". Las intervenciones de los obispos mantienen en todos los casos la línea argumentativa que viene sosteniendo el episcopado católico en sus manifestaciones públicas recientes, reclamando diálogo y encuentro entre los argentinos, por una parte, y advirtiendo sobre la gravedad de la situación social, por otra.
Según Poli, la
Casa Histórica de Tucumán "es un lugar de encuentro, de diálogo y de
búsqueda del bien común" y es "un símbolo de lo que queremos ser como
Nación". Porque, argumentó, "los congresales nos ofrecieron el ideal
de una gran familia, pero la independencia declarada hace dos siglos no siempre
se tradujo en paz y prosperidad para todos los argentinos".
Dijo también el
cardenal, en referencia al escenario electoral, que en estas circunstancias
"aparecen las empresas que miden intenciones de votos, otras comunican y
crean subjetividades, denostando y descalificando a las mujeres y hombres
públicos de un lado y del otro, sembrando dudas sobre su moralidad y capacidad
para el cargo que aspiran", advirtiendo que "no pocas veces sus
impactos mediáticos logran instalar confusión y desaliento". Y haciendo suyas
palabras del obispo mártir Enrique Angelelli, el arzobispo porteño afirmó que
"votar es hacer y construir nuestra propia historia argentina y
provincial. Es poner el hombro para que como pueblo no se nos considere
solamente en las urnas, sino el gran protagonista y actor en la reconstrucción
de la Patria".
Por su parte, el
arzobispo tucumano alertó sobre los riesgos de la "inequidad social"
y dijo que "parece ser que el hecho de haber nacido en una zona más
próspera que otra otorgue más derechos que a los que les ha tocado ver la luz
en zonas más inhóspitas, sin poder disponer de los bienes de la sociedad".
Sánchez también
lamentó que "una franja cada vez más amplia, generaciones enteras, parecen
condenadas a vivir con menos de lo mínimo, sin trabajo, sin acceso real a la
educación, a la salud, a la vivienda digna, sin acceso a la justicia".
Y en una
referencia vinculada con la coyuntura electoral, el arzobispo tucumano agregó
que "hoy más que nunca, dadas las prácticas deleznables de la mala
política y de la corrupción, no vemos la pobreza como una desgracia o una
maldición sino como la decisión de unos cuantos que instrumentalizan cruelmente
esa condición para mantener o acrecentar el poder".
En la misma
línea del cardenal Poli, el arzobispo Sánchez pidió promover un diálogo que sea
"claro, afable, confiado y prudente", recuperando "la pasión por
el encuentro y la paz de los argentinos" para de esta manera "llevar
en nuestro corazón y en nuestra vida los rostros concretos de los hermanos que
sufren esta cultura del descarte en la que estamos sumidos". Porque
"es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo
como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin
separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones",
subrayó el arzobispo Sánchez.
wuranga@pagina12.com.ar
Fuente: Diario
Página 12, 10 de julio de 2019.