La vida social es aquella en
que el ser humano, nacido hombre o mujer, descendiente del homo sapiens,
desarrolla en contacto con sus semejantes, en el ámbito familiar, laboral, educacional,
institucional, comunitario, etcétera.
Es casi imposible carecer de vida
social ya que desde que nacemos percibimos y sentimos la
existencia del otro, porque somos seres sociales por naturaleza.
La vida
social, en oposición a la vida privada que se desarrolla en el seno familiar,
se refiere a las actividades que realiza el ser humano en el ámbito de la
esfera pública, es decir, se vincula a su interactuación en contacto con otras
personas de la sociedad.
Las relaciones
humanas enriquecen a las personas en un intercambio mutuo, a la vez que
facilitan su adaptación en el medio.
Toda
interacción social entre dos o más personas en la sociedad, donde cada una de
ellas ocupa una posición y desempeña un rol en un marco de normas y pautas
culturales constituye la vida social, cuya característica principal son las
relaciones sociales.
Ningún ser
humano carece de vida social ya que todos, en menor o en mayor medida, nos
relacionamos con el entorno circundante. Desde que percibimos la existencia del
otro nos comunicamos, porque el hombre es un ser social por naturaleza.
El núcleo familiar,
el mundo del trabajo, el barrio, la escuela, las entidades de bien público, los
comercios son el contexto dentro del cual, como individuos, nos desenvolvemos y
que hacen a nuestra vida social, ya que nadie vive en absoluta soledad.
La
comunicación es una herramienta fundamental en las relaciones humanas,
actualmente favorecida por el alcance de nuevas tecnologías que achicaron las
distancias: el chat, los celulares, facebook, whatsapp, twitter, son sólo
algunos ejemplos de ello.
La vida
social se rige por normas y usos sociales que determinan los comportamientos y
construyen la dinámica social.
Una coexistencia
armoniosa requiere de las buenas costumbres, que llevan a los valores como la
solidaridad, el respeto, la tolerancia, la amabilidad, la ética para que sean
mínimas las posibilidades de conflicto y el sujeto pueda gozar de plenitud.
La vida
social puede ser intensa, cuando el sujeto tiene tendencia a participar de
eventos, reuniones, fiestas que permiten la interrelación con mayor número de
personas. Generalmente se trata de individuos extrovertidos, que tienen
facilidad para relacionarse con los semejantes.
Por otra parte hay sujetos introvertidos, de
carácter parco o tímido, que tienen una vida social limitada a sus actividades
obligatorias como el trabajo, el estudio, que damos de ejemplos, menos
proclives a las multiplicidades de relaciones públicas.