Reseña historica de isla de La Hispaniola
La Isla de la Hispaniola (La Española), actualmente
ocupada por las naciones de Haití y la República Dominicana,
fue el primer lugar del Nuevo Mundo donde los españoles formaron una colonia.
Como tal, sirvió de base logística para la conquista de la mayor parte del
Hemisferio Occidental. Cristóbal Colón
descubrió la isla el 5 de diciembre de 1492, en los días finales de su primer
viaje a Las Indias. Colón y sus compañeros encontraron que la isla estaba
habitada por una gran población de amistosos indios Taínos (Arawacos), quienes
les dieron la bienvenida a los exploradores. Colón estableció un asentamiento improvisado
en la costa norte, cerca de la ciudad actual de Cap Haïtien, el cual llamó La Navidad
(por ser el 25 de diciembre). Usó los restos de la carabela Santa
María, que había dado contra un arrecife coralino y zozobrado. La
tierra era fértil, pero de mayor importancia para los españoles fue el
descubrimiento del oro que podía conseguirse por trueque con los nativos,
quienes se adornaban con joyas, o extrayéndolo de los depósitos aluviales de la
isla. Los taínos llamaban a la isla de diversas maneras pero lo más común era Ayti o Hayti (tierra montañosa). Aunque
inicialmente fueron amigables hacia los españoles, estos nativos respondieron
violentamente contra la intolerancia y abusos de los recién llegados. Cuando
Colón regresó a la
Hispaniola en su segundo viaje en 1493, encontró que la Navidad había sido
arrasada y eliminados sus habitantes. Pero no era fácil detener el interés del
Viejo Mundo en la expansión y su cruzada de esparcir el Catolicismo; Colón
estableció un segundo asentamiento, La Isabela, más hacia el Este. Luego de varios intentos de establecer
colonias en la costa norte de la
Hispaniola, finalmente se estableció el primer asentamiento permanente
en el Nuevo Mundo: Santo Domingo, establecido en la
costa sur. Bajo la soberanía española, toda la isla llevó el nombre de Santo Domingo. Los indicios de la
presencia de oro (la sangre vital del naciente sistema mercantilista) y una
población de nativos tratables que podían usarse como obreros se combinaron
para atraer a muchos españoles durante los primeros años. La mayoría de ellos
era simple aventureros que, por lo menos inicialmente, estaban más interesados
en adquirir rápidamente riqueza más que en asentarse en la tierra. Desde los
inicios, las relaciones con los indios, a quienes maltrataban de manera
inmisericorde, se deterioraron. Movidos por las incautaciones de alimentos y
otras extorsiones, y los abusos hacia sus mujeres, los indios se rebelaron pero
fueron dominados definitivamente en 1495. Santo Domingo se convirtió en el
primer puesto de avanzada del Imperio Español. Las expectativas iniciales de
reservas de oro abundantes y de fácil acceso demostraron que no tenían
fundamento; aún así la isla llegó a ser importante como asiento de la
administración colonial, un punto inicial para las conquistas de otras tierras
y como laboratorio para el desarrollo de políticas de gobierno de las nuevas
posesiones. Fue en Santo Domingo que los españoles introdujeron el sistema de repartimiento
por el cual los peninsulares (personas nacidas en
España y que residían en el Nuevo Mundo) recibían grandes concesiones de tierra
y el derecho a usar los indios residentes en ellas en las labores. Colón, que
gobernó la colonia hasta 1499, intentó poner coto a los abusos más serios a los
cuales eran sometidos los indios prohibiendo las expediciones contra ellos y
regulando los impuestos informales impuestos por los colonizadores, los cuales,
por las limitaciones impuestas por estas formas más suaves de explotación,
empezaron a oponerse activamente a Colón. Debido a sus demandas, Colón ideó el
sistema de repartimiento de distribución de tierra e indios; bajo este
sistema, se otorgaba a perpetuidad, sin ninguna obligación para con las
autoridades, un gran porción de terreno junto con los servicios de los indios
que vivían allí. El sistema de repartimiento no mejoró la
situación de los indios, y la corona española lo cambió instituyendo el sistema
de encomienda en 1503. Colón y su hermano Bartolomé cayeron en
desgracia ante la mayoría de los colonos, como resultado de celos y avaricias,
y luego también ante la corona debido a su incapacidad de mantener el orden. Ya
antes de 1500, los terratenientes demostraron su poder conspirando exitosamente
contra Colón. Su sucesor, Francisco de Bobadilla, fue nombrado juez principal y
comisionado real por la corona española en 1499. Bobadilla puso en prisión a
Colón y lo envió a España, pero pronto la Reina Isabel ordenó
su liberación. Bobadilla demostró ser un administrador inepto y en 1503 fue
sustituido por el más eficiente Nicolás de Ovando, quien asumió los cargos de
gobernador y juez supremo. Ovando estableció las bases para el desarrollo de la
isla. Durante su mandato, el sistema de repartimiento fue
sustituido por el de encomienda. Debido a sus éxitos en
iniciar las reformas deseadas por la corona entre ellas, el sistema de encomienda,
Ovando recibió el título de Fundador del Imperio Español en las Indias. Bajo el
sistema de encomienda, todas las tierras pasaban, en teoría, a ser
propiedad de la corona, y así los indios eran considerados como inquilinos en
tierras reales. El derecho de la corona a servirse de los inquilinos podía
transferirse en fideicomiso a colonos españoles (los encomenderos)
por una concesión formal y el pago regular de tributo. Los encomenderos
estaban autorizados a ciertos días de trabajo por los indios, convirtiéndose en
sus custodios. Así los encomenderos asumían la responsabilidad
de cuidar por el bienestar físico de los indios y de instruirlos en el
Cristianismo. Una encomienda, teóricamente, no
involucraba tenencia de la tierra; en la práctica, sin embargo, la posesión se
ganaba por otros medios. El duro trabajo que se le demandaba a los indios y las
privaciones que sufrían demostraron la naturaleza artificial del sistema de encomienda,
que efectivamente operaba bajo un sistema de honor debido a la ausencia de
esfuerzos por parte de las autoridades españolas. A la población taína de Santo
Domingo le fue muy mal bajo el gobierno colonial. El tamaño exacto de la
población indígena de la isla en 1492 nunca ha sido determinada, pero
observadores de la época dieron estimados que variaban desde varios miles hasta
varios millones. El Padre Bartolomé de Las Casas estimaba 3 millones, lo que
ciertamente es una exageración. En todo caso, hubo cientos de miles de
indígenas en la isla. Las labores forzadas, abusos, enfermedades contra las
cuales los indios no tenían inmunidad, y el crecimiento de la población mestiza
contribuyeron, todos a la eliminación del Taino y de su cultura. Ya para 1548
la población taína se había reducido a aproximadamente 500 personas, y en 1550
solamente 150 indios vivían en la isla. Las consecuencias de ello fueron
profundas. La necesidad de nueva fuerza laboral para el cultivo creciente de la
caña de azúcar obligó a la importación de esclavos africanos empezando en 1503.
Ya para 1520, solamente se usaba la mano de obra de los esclavos africanos.