MICRO ECONOMÍA INFORMAL
Nota Periodística
El fenómeno se instaló en el país
Qué son los “manteros digitales”: cuando el pluriempleo no alcanza y se
informaliza la vida
En
qué consiste este nuevo fenómeno y por qué encuentra una caja de resonancia en
el discurso oficial.
Cuando la plata no alcanza y la realidad apremia hay que salir a
buscar soluciones. Para millones de familias en el país no hay otra
alternativa. Así comenzaron a surgir los segundos y terceros empleos. Pero, ¿qué pasa cuando ni
siquiera esto es suficiente?
La situación
comenzó a agravarse en 2024, con la devaluación aplicada en el primer mes de
gobierno de Javier Milei y la consecuente inflación, los despidos y el derrumbe
del consumo que persiste hasta hoy: según la secretaría de Trabajo, en
Argentina hay 6.255.000 empleados registrados, pero en diciembre eran
6.284.000, 29 mil desocupados más.
Con empleo
formal o informal, en muchos casos los salarios no alcanzan. Así, miles de
trabajadores y trabajadoras se han visto obligados a buscar otras fuentes de
ingresos como complemento para llegar a fin de mes.
Qué son los "manteros digitales"
Entre el
desplome de los ingresos y la pérdida de empleos formales, surgen los
"manteros digitales", un fenómeno que según el politólogo Matías Mora Cáceres está estructuralmente asociado a
la desocupación, "pero sobre en la organización del trabajo".
"En gran medida está vinculado a la informalidad", dijo.
“Hay un 40
por ciento en ese marco, sin las condiciones mínimas de trabajo. A eso
se le suma este nuevo esquema que tiene que ver con el pluriempleo, porque hace
falta un segundo o tercer trabajo para poder llegar a fin de mes”, explicó
sobre el panorama.
Es en esa
situación en la que, dijo, se puede ver cómo aparecen los manteros o feriantes digitales,
es decir, “aquel que trabaja en redes sociales vendiendo o revendiendo productos”.
“Puede ser
indumentaria, bazar, línea blanca, zapatillas. Lo hacen a través de las
plataformas. Esto permite que este trabajo lo puedan realizar desde su celular
y sus domicilios, sin
tener que tener otro tipo de gastos más que la publicación en redes sociales y
con la idea de generar una comunidad”, afirmó.
Esto, dijo, se ve con fuerza en los sectores populares, pero es un
fenómeno que recorre de forma transversal a toda la sociedad: “Lo que tienen
los sectores populares es que esta nueva forma de trabajo viene a sedimentar la
informalidad en la que ya se venían trabajando”.
Esto significa que
se carga sobre la espalda de la informalidad una nueva mochila de plomo: “En
los barrios populares, quizás trabaja en una obra en construcción en negro y cuando sale de su
casa le dedica el tiempo
de descanso a espamear en
redes sociales los productos que tienen para vender”.
“O quizás una
vecina que trabaja en una casa particular en paralelo, con el celular,
promociona la venta de sábanas, acolchados. Es una nueva subestructura de informalidad que se asienta
en el país”, se lamentó.
A lo que Mora
Cáceres añadió: “Esto se viene dando desde hace muchos años, pero sí
es la primera vez que encuentra en el relato oficial un impulso como
consecuencia de empezar a normalizar la vida”.
“Ya no solo desde
el trabajo: hay un
montón de argentinos donde toda su vida está atravesada sobre la informalidad. Pensemos
en un vecino que está asentado en un terreno, que no tiene título de propiedad,
y tiene tres trabajos en negro”, dijo.
Y finalizó: “Hoy
hay cerca de 5 millones de argentinos viviendo sin servicios básicos. Si a esto
le sumamos que el 40 por ciento trabaja en la informalidad, vemos que es algo
que atraviesa estructuralmente”.
Fuente
consultada
Diario Página 12, 20 de agosto
de 2025.
