"Los árboles de la Escuela 7"
Va llegando el otoño a Buenos Aires.
Y en un lugar de Isidro Casanova están cambiando los colores resaltando el azul del cielo.
Y los gorriones y los zorzales disfrutarán las tardes de sol, qué festín habrá en el patio de atrás.
Qué maravilloso concierto de calandrias se escuchará desde la calle, y seguramente las tacuaritas encontrarán refugio entre las ramas del níspero.
Los loros harán un concierto bullicioso en el palo borracho. Las palomas andarán de aquí para allá.
Preguntándose todos:
¿Dónde estarán las galletitas y el pan que a veces quedaban en suelo?
¿Cómo estarán nuestros chicos?
Y con cierta nostalgia imagino, brillará ante la nada, ese hermoso Arce que cubre la vereda de nuestra Escuela "7".
Dicen que la hoja de Arce es el símbolo de Canadá.
Y que para los canadienses representa la fortaleza de su gente para permanecer de pie a pesar de las circunstancias inhóspitas que deba afrontar.
En algunos países del Oriente la hoja de arce es el símbolo de fuerza, amor y lealtad.
Tal vez no sea casual que alguien lo haya elegido y plantado allí, que "el Director" detuviera sus pasos y bajo su sombra admirara su grandeza, elogiara su belleza y lo dejara crecer, tranquilo, y además, que a pesar de las tormentas, de que algunos hayan cortado sus ramas, y que el viento y las heladas hayan sacudido sus hojas, aún así, de pie, volviera a renacer mostrando la majestuosidad de la creación.
En el norte si alguien elige tatuarse una hoja de arce, se sabe, que es un homenaje de amor a su patria, su historia y cultura y sobretodo de amor a su gente.
También es la personificación del bien y de la paz, el valor, el amor, la fuerza interior y el equilibrio.
El Arce es un árbol considerado culturalmente poderoso y rebelde, capaz de sobrevivir ante la adversidad.
Toda la sabiduría en la naturaleza de los árboles.
Marta Ybáñez