LITERATURA
Leopoldo Lugones a los granaderos
Con arrebato de horda va el corcel formidable,
Enredado á sus crines ruge el viento de Dios
Sobre el bosque de hierro vibra en llamas un sable
Que divide á lo lejos el firmamento en dos.
La montaña congénere donde el cóndor empluma,
Sonreída de aurora despertó á ese tropel
De patria, y la simétrica marea ungió en la espuma
De un brindis gigantesco los flancos del corcel.
La tierra devorada por los cascos se abisma
En el tremendo vértigo que arrastra aquel alud.
Y el Himno natal surge del trueno con la misma
Voz que estalló en clarines en los campos del Sud
¡Tufo de potro; aroma de sangre; olor de gloria!...
La hueste bebe el triunfo cual sublime alcohol,
Y la muerte despliega sobre su trayectoria,
Acabada la tierra, la mar de luz del sol.