domingo, 29 de julio de 2018

415º Aniversario del Partido de La Matanza

LA MATANZA Y LA PRODUCCIÓN, DESDE SUS ORIGENES

En 1977 el gobierno de facto que administraba los destinos de La Matanza de la mano del coronel Félix Camblor determinaba que, en adelante, el 29 de julio sería la fecha de nacimiento de nuestro distrito. Producto de estudios históricos realizado por Mario Tesler, esa fecha remite al primer testimonio documental que hace referencia sobre el Pago de la Matanza. Ese documento es una escritura del año 1603 que repasaremos a lo largo de este artículo.
En los inicios de la colonización española se instalaron los primeros pobladores en esas tierras que habían sido habitadas por los querandíes, pueblo originario de estos lares. Sin perder tiempo, los españoles asentaron las bases de pequeñas unidades productivas. Prueba de ello es que el 29 de julio de 1603 se produjo una operación inmobiliaria para la compra de un molino harinero. Dicho molino se adquirió en actividad y eso señala que previo a ese año las tierras ya producían trigo y, por ende, el molino elaboraba harina. Dicho documento (una escritura por la que el hijo de López Tarifa vendía, a su cuñado Cristóbal Naharro, su mitad del molino y las tierras que lo circundaban) pone fecha de nacimiento al partido de La Matanza. Ese molino estuvo asentado, según algunos historiadores, en la desembocadura del arroyo Cañuelas sobre el río Matanza, a la altura del kilómetro 43 de la ruta 3, hoy Virrey del Pino.
La escritura de propiedad donde se ejecuta la operación comercial entre López Tarifa (hijo) y Naharro dice lo siguiente:
“sepan cuantos esta carta de venta real vieren, como yo, Juan Nieto de Humanes de Molina, vecino de esta ciudad de la Trinidad Puerto de Buenos Aires de mi propia voluntad, por mí y por mis herederos y subcesores (sic) después de mí, otorgo y conozco que vendo y doy en venta real para agora y para siempre jamás a Cristóbal Naharro, mi cuñado que está presente para él y para sus herederos y subcesores (sic), después de el… la mitad de un molino de agua de moler trigo, de una parada que es por encima de las islas de la Matanza, en el río que llaman de Los Navíos”.
Aclaremos que don Pedro López Tarifa era titular del molino, a esa altura ya era el segundo propietario, ya que don Juan Ruiz de Ocaña había sido el titular primigenio, según el trabajo de J.A. Ochoa de Eguileor. Como curiosidad podemos agregar que una descendiente de los López Tarifa y de los Naharro fue doña Juana María Larrazabal y de la Quintana, la señora esposa del prófugo virrey Sobremonte.
Desde esos tiempos el Pago de la Matanza se caracterizó por la producción cerealera. Aunque la cría de ganado también era importante, durante los siglos XVII y XVIII de estas tierras salían los granos que proveían a Buenos Aires. Los poblados cercanos al puerto de Buenos Aires como el Pago de La Matanza eran áreas preferentemente cerealeras. Veamos lo que decide el Cabildo de Buenos Aires en 1618: Prohibió criar ganados en el corredor que se extendía entre los ríos Reconquista y Matanza… Este territorio quedaba reservado a la producción agrícola, necesaria para abastecer a la ciudad y a los navíos que arribaban al puerto.
Entendemos que lo que hoy conocemos como el tercer cordón de La Matanza (Gregorio de Laferrere, González Catán y Virrey del Pino) está rodeado de ríos y arroyos (el Matanza, Morales, Chacón y el vecino arroyo Cañuelas) el contexto era propicio para la siembra de trigo y para su posterior producción de harina a través de los molinos movidos por esos cursos de agua. Las siembras, el cuidado y la cosecha eran puestos de trabajo para la peonada que quería asentarse en los establecimientos productivos impulsados por los primeros colonos que se radicaron en la zona.
Este tipo de actividades en los tiempos de la colonia española (también se extendió al período postcolonial) era ejercida básicamente por el modelo productivo de las chacras y estancias que dominaban el Pago de La Matanza. Hasta la creación del Camino Real a Cañuelas, debemos suponer que la vía de tránsito más factible era el río Matanza (entonces llamado río de los Navío) por la cual, inducimos, se transportaba la producción del molino harinero de López Tarifa, primero, y de Naharro, después.
No es coincidencia que la fecha de nacimiento de nuestro municipio haya sido la de la venta hace ya más de cuatro siglos de un molino que generaba una actividad productiva. Cuando promediaba el siglo XX el primer cordón del distrito estaba poblado por industrias al punto de conocérsela como “Villa las Fábricas” donde dominaban factorías como la metalúrgica Santa Rosa y Jabón Federal. Hace algunos años La Matanza fue declarada “Capital nacional de la Producción y el Trabajo” por el Congreso de la Nación visto su poderío industrial. El destino de La Matanza nació marcado, desde sus comienzos el trabajo y la producción fueron el estímulo de quienes querían habitar estas tierras. Hoy, en su 415º aniversario, el Instituto del Patrimonio Histórico Cultural de La Matanza saluda al pueblo matancero que sigue entendiendo al trabajo como su único horizonte.
Alejandro Enrique
Subsecretario de Cultura y Educación
Historiador y periodista
Fuente: La Matanza Informa / Locales / 29 de Julio de 2018.
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